Argusino, el pueblo fantasma bajo el agua.

En 1967 tras la construcción de la presa de Almendra, la más alta de España,  Argusino pasó a ser un pueblo fantasma bajo las aguas del Río Tormes.

Los 487 vecinos que allí vivían, tuvieron que abandonar su hogar y volver a empezar en los municipios aledaños de Villar del Buey y Salce.


Y como de un plumazo y sin más opciones, la empresa hidroeléctrica y el régimen de la dictadura hicieron desaparecer del mapa a la población de Argusino. 



La empresa condenó a este pueblo al olvido y derribó las casas antes de que fuesen anegadas por el agua. 

Solo dejó el camposanto, que decidió poner una losa de hormigón encima, para que los huesos de los que allí estaban enterrados no saliesen a flote. 

Pero el agua y las erosiones producidas a lo largo de los años, han hecho que aparezcan grietas en esta losa. Algún que otro hueso ha salido a flote y visto por vecinos que frecuentan a menudo los alrededores del embalse.



Ahora lo único que permanece como testigos inertes de un pueblo fantasma, son las raíces de los arboles huecos, que emergen en el embalse como guardianes de esta población que desapareció por imposición en la etapa franquista, en la que las obras hidráulicas inundaron el paisaje español.


Pero no solo las raíces son testigos mudos de la historia de Argusino, también resurgen del agua cuando el caudal baja, las cortinas de los huertos que dejan un paisaje fantasmal.


Todo el entorno parece sacado de una novela de Julio Verne, o de una película de marcianos.

Restos de árboles tenebrosos, sombríos, misteriosos, recrean formas singulares de animales, de monstruos fantasmagóricos, de trolls de películas de ficción, todos ellos hacen que este paisaje sea todo un escenario para los que nos encanta la fotografía.



✍🏼Texto y 📷 fotografías: María Carrión.


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