Museo del agua de Yazd. La importancia del agua.

Antes de irnos de Yazd, nos quedan algunas visitas más, pero sin duda alguna, el museo del agua y la importancia de esta es de obligado cumplimiento.

El agua es el elemento mas importante del ser humano, somos 66% agua. Nuestro cerebro se compone del 75% de este líquido esencial, la sangre el 80% y nuestros pulmones del 90%, estos son solo algunos ejemplos de la importancia del agua. 

            

Es tan importante para nuestro organismo, que sin ella no podríamos realizar nuestras funciones vitales. 

El agua es la fuente de vida de nuestro planeta, y aunque parezca una paradoja, ya que en muchas regiones del planeta escasea este preciado bien, la cantidad de agua total del planeta no varia,  debido a la evaporación que se produce con las precipitaciones, solo cambia de un estado a otro; líquido, gaseoso, solido (hielo). El agua que se evapora sube a las nubes, estas la precipitan, que se infiltra al suelo y corre por los ríos hacia el mar. Este es el ciclo hidrogeológico del agua.

El 97'5% del agua del planeta es salada, se encuentra en los océanos y mares, solo el 2'5% es agua dulce, por eso es tan importante una buena educación para concienciarnos de la cultura del agua.

La historia del agua y el hombre se remonta a los primeros pobladores y a su deseo de llevar, transportar, construir, estancar..., este elemento para disponer de él y cubrir sus necesidades.

Este museo de Yazd, es un culto a este líquido y a sus elementos. Sus características y los canales que desde hace cien años pasan por este edificio de cinco plantas, lo confieren como uno de los más importantes museos del agua en el mundo.

A través de una bomba hidráulica situada en el techo se extrae el agua y llena la cisterna situada en la planta baja de la edificación.

En la actualidad recoge una muestra de objetos históricos; herramientas de excavación, instrumentos de medición del volumen de agua, equipos de iluminación de acueductos, documentos relacionados con la compra y venta del agua, documentos de Mirabs,  documentos de distribución del agua, contenedores de agua, vasijas, jarras, jarrones, etc.

Los medidores de agua o relojes de agua median el tiempo de riego. Hoy en día se siguen utilizando en Irán.

El agua fluye lentamente hacía el recipiente pequeño (el colocado el parte superior) a través de un orificio colocado en la parte inferior de este. Cuando este recipiente está lleno, el tiempo de riego ha terminado en las granjas o fincas de cultivos.

El edificio fue construido en 1266, por mandato de un comerciante en la era Kayar. Su arquitectura sigue las estructuras arquitectónicas propias y tradicionales del desierto. 

Con materiales de arcilla, barro, ladrillo, paja, madera y para la estructura del edificio se ha utilizado yeso.

            

Este museo muestra las técnicas utilizadas durante los últimos 4000 años en Irán para crear vías fluviales subterráneas;  Qanats*,  conectarlas con la ciudad y las ubicaciones en el campo para usos agrícolas y de otro tipo. 

Antes de que los romanos construyeran sus acueductos, los iraníes habían construido un extenso sistema de qanats subterráneos. 

Muchos de estos sistemas siguen funcionando hoy en día. De hecho, hay uno grande debajo de este Museo.

                                          

 Texto ✍🏼y fotografías 📷: María Carrión 💫

Sígueme en próximas entradas sobre Irán en Aspirante Antropóloga 😉

Qanat*: del árabe "canal", es una infraestructura hidrogeológica para la captación de una  capa de agua subterránea, su succión hacia el exterior y conducción por una o varias galerías de drenaje ligeramente inclinadas y dotadas de pozos verticales de acceso y aireación. El final de la mina suele ser una cisterna, arca de registro o algún otro tipo de exsurgencia ( manantial, naciente o  vertiente,  es la fuente natural de agua, no es el agua que brota de la tierra o entre las rocas). Para las poblaciones de las regiones áridas o semiáridas, un «qanat» constituye todavía una fuente constante y estable de agua, independientemente de la estación, y permite la irrigación de cultivos agrícolas. 

Esta técnica tuvo su origen en Persia en el milenio a. C., y se extendió hacia el este y el oeste, desde el  norte de África (Marruecos, Argelia, Libia) Oriente Medio, Irán, Afganistán, India y china. Durante siglos las zonas para nuevos asentamientos correspondían a los lugares donde era posible la construcción de «qanats». Con diferentes nombres pero similares técnicas, este recurso hidrogeológico se ha desarrollado en otras zonas del  Mediterráneo, como Sicilia y en la península ibérica, con ejemplos interesantes en ciudades como Madrid o Córdoba. Asimismo, en América latina se pueden encontrar restos de diversos tipos de «qanats» en Chile, México y Perú.