Pasargada y la tumba de Ciro el Grande.

Como os comenté en la entrada anterior, en el trayecto de Yazd a Shiraz, uno de los momentos claves del viaje se encuentra a 140 Km de Shiraz;  Pasargada, la ciudad que Ciro el Grande fundó, la primera capital del Imperio Aqueménida*; de este Imperio os hablé un poco en la entrada sobre Kerman

En esta ciudad también  se realizó la creación del primer jardín persa, y fue este precisamente, el que permitió a estos jardines, entrar en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.


Y como un sueño hecho realidad, aquí me encuentro, delante de la tumba de Ciro, la cara de felicidad es notaria, y como siempre me acompaña mi fiel compañera de viaje, la seña bermeja. 

Ese momento que te hace recordar tus libros de historia, cuando este personaje formaba parte de las lecciones diarias, y que en aquel entonces te parecía un tostón. Pero te vas haciendo mayor y todos estos personajes, comienzan a formar parte de tus lecturas diarias. 

Ciro II el Grande fue un Rey Aqueménida de Persia, desde 559-530 a.C. El fundador del Imperio Aqueménida; primer Imperio Persa, después de vencer al último rey medo; Astiages. Creó el mayor Imperio conocido hasta ese momento, que duró 200 años, hasta que Alejandro Magno terminó con este Imperio.

Ciro respetaba las costumbres y religiones de las tierras que conquistaba, esto lo convirtió en un modelo de éxito, de esta manera estableció un gobierno que funcionaba en beneficio y provecho de sus súbditos. La forma de gobierno en Pasagarda, fueron obras de Ciro. La administración del Imperio se realizaba a través de sátrapas* y el principio vital era el edicto de Restauración, que en realidad eran dos edictos, descritos en la Biblia.

Pero Ciro también es reconocido por sus logros en materia de derechos humanos, política y estrategia militar, así como su influencia en las civilizaciones de Oriente y Occidente. Originario de Persis, lo que corresponde hoy en día a la actual provincia iraní de Fars. Desempeñó un papel importante en la identidad nacional del Irán moderno.

Hoy en día, Ciro es una figura de culto entre los iraníes modernos, y su tumba sirve de lugar de veneración para millones de personas. En los años 1970, el último Sha de Irán, Mohammad Reza Pahlavi, identificó su famosa proclama inscrita en el cilindro de Ciro* como la declaración de derechos humanos más antigua que se conoce, aunque no todos los historiadores están de acuerdo con esto, ya que consideran que no está bien interpretada.

Aún quedan algunas ruinas de todo lo que fue este Imperio. La tumba de Ciro, de piedra caliza blanca.amarillenta, consta de dos partes: una plataforma de piedra escalonada con seis niveles y una cámara con techo a dos aguas, su altura alcanza 11 metros. Las losas que cubren el techo son huecas, este dato ha hecho pensar a los historiadores que eran los nichos que albergaron los cuerpos de Ciro y de su esposa.

                           

Con un calor abrasador y el estómago lleno del delicioso pollo de Pasargada, decidimos adentrarnos en las ruinas que aún permanecen en pie de la ciudad que Ciro fundó. La subida la hacemos en un trenecito turístico, lo peor vendrá a la bajada.



En esta fotografía se puede apreciar al fondo la tumba de Cambises* o torre de piedra. El edificio constaba de una torre cuadrada con tres hileras de ventanas falsas en tres de los lados y una cámara sin ventana en la parte superior a la que se llegaba por la escalera de piedra. De esta tumba solo queda una pared, que se sostiene gracias al andamio que la sujeta.



En el palacio de entrada, todavía se distingue perfectamente el  hombre alado, que representa a Ciro el Grande, donde se pueden apreciar la simbología en el relieve, en la corona la conquista de Egipto, en las cuatro alas la conquista de Asiria, en el cuerpo los elamitas.
Este bajo relieve es uno de los más antiguos de la era Aqueménides, donde se aprecia a un hombre barbudo con cuatro alas y manos elevadas hacia el cielo, como si estuviese rezando

Del palacio de audiencias, queda una columna y varios pedestales, alguna pared y piedras de esta sala. 


En los restos de los bajorelieves que decoraban las paredes se pueden ver un demonio con forma de león, un hombre con cuerpo de toro y una criatura con escamas de pescado. 



A ambos lados de la puerta principal hay dos columnas cuyo diseño recuerda a Ea, el dios sumerio del agua y el mar, también queda algún capitel con figuras zoomorfas.



Del  palacio privado quedan restos de columnas, los bajorelieves están muy deteriorados, en algún vestido de las figuras  se puede apreciar inscripciones de escritura cuneiforme.

En la parte norte de esta planicie, resisten los vestigios de un edificio de piedra, de Tal Takhl, o trono de Salomón como se le conoce.


Después de visitar esta joya de la arqueología nos hacemos una idea, de lo que fue esta ciudad del Imperio Aqueménides. 

El calor no ha impedido que disfrutemos de esta lección de historia, ahora nos queda un tramo hasta la entrada de la ciudad, que alguna de nosotras hemos decidido hacerlo andando, por aquello de los pasos recomendados por la OMS,  después de una mañana entera sentadas en el autocar no hemos cumplido el objetico marcado para hoy. Toca un poco de ejercicio, que nos viene bien para bajar el rico pollo y el postre.

Texto  ✍🏼 y fotografías 📷: María Carrión 💫

                         

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Imperio Aqueménidas*es el nombre dado al primer y más extenso de los imperios de los persas,  se extendió por los territorios de los actuales estados de Irán, Irak, Turkmenistán, Afganistán, Uzbekistán, Turquía, Rusia, Chipre, Siria, Líbano, Israel, Palestina, Grecia y Egipto. El imperio fue fundado por Ciro el Grande,  tras independizar Persia y conquistar Media en el año 550 a. C. alcanzó su máximo apogeo durante el reinado de Darío el Grande, cuando llegó a abarcar parte de los territorios de Libia, Bulgaria y Pakistán, y ciertas áreas del Cáucaso, Sudán y Asia Central.  Las grandes conquistas hicieron de Persia el imperio más grande en extensión hasta entonces, lo que la convirtió en quizás la primera superpotencia del mundo. Su existencia terminó en el año 330 a. C., cuando el último rey aqueménida, Darío III,  fue vencido por el conquistador macedonio Alejandro Magno.  

Sátrapa*: Protector de la tierra/país, es el nombre que se dio a los gobernadores de las provincias de los antiguos imperios medo y persa. El término ha pasado a utilizarse en sentido coloquial y peyorativo hacia una persona que gobierna despóticamente.​ Los sátrapas eran elegidos directamente por el rey, generalmente entre miembros de la nobleza. Ejercían el poder judicial y administrativo, cobraban los impuestos, se encargaban del orden público y de reclutar y mantener el ejército. 

Cilindro de Ciro*: Es una pieza cilíndrica de arcilla que contiene una declaración en acadio babilonio cuneiforme del Rey persa Ciro el Grande. En ella, el nuevo rey legitima su conquista y toma medidas políticas para ganarse el favor de sus nuevos súbditos. Data del siglo VI a. C. y procede de las ruinas de Babilonia en Mesopotamia (actual Irak.  Fue descubierto en 1879 por el  arqueólogo asirio-británico Hormuzd Rassam durante la excavación del templo de Marduk en Babilonia. Consiste en dos fragmentos, llamados "A" y "B". El primero permaneció en el Museo Británico desde su descubrimiento, mientras que el segundo fue custodiado en la Universidad de Yale hasta su traslado al Museo Británico, donde se encuentra actualmente.

Cambises*:  Padre de Ciro el Grande, Cambises es un personaje frecuente en los relatos de los historiadores clásicos. Heródoto conoce cuatro historias que circulaban en relación al origen de Ciro, pero solo cuenta la que considera más creíble. Según ella, el poderoso rey medo Astiages,  temeroso de ser destronado por su nieto a raíz de unos sueños premonitorios, evitó dar a su hija Mandana en matrimonio de uno de los grandes nobles medos. Por el contrario, casó a Mandana con su vasallo el persa Cambises, el cual no podría haberle hecho sombra. A pesar de todo, Ciro, el hijo de la pareja, cuando creció se convirtió en rey de los persas y, cumpliéndose la premonición, derrotó y encarceló a su abuelo Astiages



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